Costillas adentro: Tombuctú de noche. En el balcón del insomnio, un solitario oficio de vomitar irracionalidad. Cabeza abajo: el rococó centesimal de mi saliva
domingo, 11 de diciembre de 2011
NINIÑOS
Saltando de un auto al otro
Perfumando de tirabuzones celestes y tibios
la rasposa bruma negra azulada bajo sus pies
Pimpollando sonrisas canábicas o adhesívicas
Calumniando a la angustia existencial
con la sencillez del respirar
Defecando luz en los lentes oscuros
de los más oscuros hombres y mujeres
apurados por recibir la premiación
de ser puro sexo sin sentimiento
en la lejanía antiséptica
de la estética snob primordial
Estupefaciendo flores
con las pulgas de sus colchones
Manejando a diestra manifiesta
el tricolor
de un semáforo sin raíz
en esquinas que no piden paz
Niniños colaborando
en inyectar sangre que arde y duele
a tanta idiotez salvaje
muerta
santa
bella
revística
fotográfica
pornográfica
ciudad
Ni chicos, ni infantes, ni adolescentes, ni delincuentes, ni pobrecitos, ni peligrosos, ni mocosos: niniños.
Garabatos de un dios de cobardía a sueldo. Garabatos sin pudor,
juguetones, como pequeños crímenes de mi mundo humano antisocial.
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